domingo, 7 de noviembre de 2010

De espaldas a la realidad

Benedicto XVI aseguró, en el avión que le trasladaba de Roma a Santiago de Compostela, que el anticlericalismo del mundo occidental tiene en España uno de sus epicentros, y comparó la situación actual con la existente durante la Segunda República.

Si algo queda claro ante estas manifestaciones, y en contra de lo señalado desde el Vaticano, es que Benedicto XVI no emprendió este viaje sólo como peregrino o pastor, sino, sobre todo, como líder político representante de un tipo de poder bien determinado. Pero un líder político rancio en el discurso y mal, muy mal, informado.

Afirmar que hoy en día se da en España un laicismo agresivo o una clerofobia similar a la existente en la Segunda República, de 1931 a 1936, es, cuando menos, una absoluta impertinencia política y una afirmación que, en absoluto, concuerda con la realidad existente en este país.

Durante su estancia, Ratzinger, ha dejado bien patente que la iglesia que él representa vive de espaldas a la realidad y a la doctrina que su fundador, con tanto esfuerzo y sacrificio, proclamó. La actuación de la Alta Curia Eclesiástica, sus directrices, su dogma de fe, su doctrina en una palabra, se han distanciado tanto de la proclamada por Jesús que ambas se parecen como un huevo a una castaña.

Hacer la comparación de anticlericalismo actual con el existente en la II República, es desconocer los conceptos básicos históricos de aquél episodio, en el que si bien fueron asesinados clérigos y quemadas iglesias, no es menos cierto que otros asesinaron en nombre de Dios en una guerra civil, y finalizada ésta, bendecida por la Iglesia.

Pero, además de ese desconocimiento histórico, se da algo más grave: la negación de una realidad palpable en la que el Estado español, en la actualidad, trata a la Iglesia Católica de una forma privilegiada. De tal forma que el sistema de financiación pública a esta institución es, comparando con otras creencias, de una injusticia que raya en lo anticonstitucional.

Los privilegios de que disfruta esta creencia en España no son comparables con ninguno del planeta, y si no se antepone la fe a la razón, el hecho es incomprensible. Este país no ha cancelado ninguno de los privilegios que tenía en la época de Franco, y disfruta de una situación fiscal vergonzante en comparación con el resto de ciudadanos e instituciones que sí contribuyen a la Hacienda pública.

El gobierno actual ha hecho definitivo este injusto sistema de financiación pública de la Iglesia católica, pero, además, aumentó un 34% la cuota de IRPF que Hacienda le da por marcar la famosa “casilla de la iglesia”. Se vive de tal forma en este país un anticlericalismo agresivo que esta creencia recibe más de 6000 millones de € al año del Estado español, que, por cierto, no abraza ningún tipo de religión en su Constitución.

En cuanto al alejamiento de los ciudadanos españoles de la religión católica, en cuanto a su pertenencia y a la práctica religiosa, el Sr. Ratzinger debería preguntárselo a sus obispos y a los miembros de la Conferencia Episcopal.

Históricamente, y salvo honrosas excepciones que casi siempre han sido perseguidas por la propia Curia Vaticana, la Iglesia católica siempre ha estado del lado del poderoso, del rico, del especulador, del avaro, del dictador (Franco, Pinochet, Videla, Mussolini, etc,), mientras Jesús, su fundador, estuvo al lado de pobre, del perseguido, del oprimido, del débil
Solamente los misioneros y los miembros de la Teología de la Liberación practican de verdad la doctrina de Cristo de estar al lado del débil. Todos sabemos cual ha sido la actuación de la Alta Curia con estos dos sectores y quién fue su principal inquisidor.

Pero, en la actualidad, no es que la Iglesia esté del lado del poder, es que es el poder mismo. Los medios que utiliza, su financiación, su relación con el resto de instituciones, sus propuestas sociales, es decir, la práctica diaria de su doctrina es puro poder. Y ése es el hecho principal de que esta institución sufra una pérdida continua de adeptos, porque vive de espaldas a la realidad y sólo enarbola y defiende los principios de los privilegiados, abandonando su principal misión: amparar y proteger, con todos sus medios, al débil.

¡Ay! Si Cristo levantara la cabeza.

Blanca Claramunt

domingo, 31 de octubre de 2010

Encontraron al culpable

El nuevo presidente del Instituto de Empresa Familiar,  ISAK ANDIC, dueño de la cadena de tiendas "Mango", solicitó de forma pública que se introduzcan reformas en las Administraciones Públicas, de tal forma que la retribución del funcionario sea variable, dependiendo de su productividad, y que la estabilidad en el empleo sea similar a la del sector privado. Y se quedó tan ancho.

Para analizar estas declaraciones conviene hacer un poco de memoria y recordar que en este país cuando muere Franco el gasto en protección social era de sólo el 14 % del PIB (producto interior bruto). El de los países de Europa Occidental era de un 22% de su PIB.
Al llegar la democracia y, sobre todo por las presiones y movilizaciones sindicales (sí, esas organizaciones hoy denostadas y vilipendiadas, incluso por muchos trabajadores), España pasa de ese 14 % al 24% en el año 93. Europa en ese momento ha pasado del 22 al 28%, pero la reducción ha sido significativa.
Pero, en 1993 el gobierno del Partido Socialista, aliado con Convergencia i Unió, toma la decisión, con el ministro Pedro Solbes a la cabeza, de converger en la Unidad Monetaria, lo que implica la adopción de una serie de medidas económicas entre las que destaca la de reducir de forma drástica el déficit Público. A pesar de que dicha reducción se puede hacer de varias formas, una de ellas, tal vez la más justa, aumentando los impuestos, deciden que sea reduciendo el gasto público, es decir, lo más fácil para los políticos y lo peor para las clases trabajadoras. De tal forma que, a día de hoy, el gasto público en protección social es del 20% del PIB, es decir, desde 1993 a hoy hemos retrocedido un 4 % en el gasto público social.
En este país el Estado del bienestar ha sido el que ha costeado la integración en Europa, y el quid de la cuestión es que esta realidad no llega al ciudadano porque hay una avalancha mediática empeñada en hacer ver lo contrario.
Se calcula que entre el 30 y el 35% de la población de España pertenece a lo que se denomina Clase Media-Alta. Los pertenecientes a esta clase (entre los que, por supuesto, se encuentra el Sr. Isak Andic), disponen de unos medios económicos elevadísimos y un poder mediático tremendo, pues poseen y, por tanto dominan, los grandes y convencionales medios de comunicación. Su estrategia, por supuesto interesada, no dan puntada sin hilo, es hacer creer al resto de los españoles que el Estado del bienestar y sus circunstancias son un cáncer para la sociedad imposible de mantener.
Si entendemos por Estado del bienestar el conjunto de acciones encaminadas a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, veremos que estamos hablando de algo de suma importancia, hasta tal punto que sin la existencia del sistema actual de pensiones el 64% de los ancianos sería absolutamente pobre.
Los pilares sobre los que se asienta el Estado del bienestar, además del Sistema público de  Pensiones, son todos los servicios públicos (sanidad, seguridad, administración, vivienda social, etc.), la protección del ciudadano en el consumo y medio ambiente, el fomento y creación de empleo y su protección en el desempleo y la corrección de desigualdades sociales. Bueno, pues en todo eso, a día de hoy, estamos a la cola de Europa. España dedica a ello un 20 % del PIB, los paises pertenecientes en su día a la Europa de los 15 destinan un 27% y en Suecia es del 30%.
Algunas veces, para justificar estas cifras, se nos dice que España es más pobre, algo que no es cierto. En el año 2003 el PIB de España era del 93% del promedio de los países de la UE15, es decir, estamos casi al nivel de los principales países Europeos. Y, comparando con ellos, podemos decir que, por ejemplo, en sanidad España gasta un 6,3% del PIB, el más bajo de todos, pero, claro, el 30-35% de su población, esa clase media-alta a la que pertenece el Sr. Andic, no utliliza, normalmente, la sanidad pública.
A esa clase dominante, la del Sr. Andic, pertenecen la mayoría de los políticos, los empresarios y los dueños de los medios de comunicación, y, por tanto, no sufren las insufiencienca de infraestructuras y de personal de la sanidad pública por falta de inversión, pues a consultas rutinarias acuden a la sanidad privada que se pueden costear. Aunque para problemas sanitarios graves recurren a la Sanidad pública, pues se ha demostrado ser de mayor calidad en estas situaciones. La sanidad privada, todos lo sabemos, es mejor en cuestiónes de confort, tiempos de espera, elección de médico, etc. Los usuarios de la sanidad privada se creen a salvo y consideran que tienen su situación sanitaria resuelta, cuando en situaciones serias se ha demostrado que no es así. Pero como no la utilizan normalmente, estos poderosos no se dan cuenta de las deficiencias de la sanidad pública, de su falta de medios. Si a esto se añaden los intereses económicos y de otro tipo en la industria sanitaria, se comprenden los continuos esfuerzos de esta "casta privilegiada", a la que pertenece el dueño de "Mango", en desmantelar el sistema público sanitario y, no conformándose con ello, con la anuencia de la clase política dominante, que también pertenece a esta casta, con sus propios intereses en empresas sanitarias, de servicios, farmacéuticas, constructoras, etc., le han declarado la guerra a todo lo que huela a Estado del bienestar y proceden a su sustitución por sus propias empresas, fundaciones, etc.
Para conseguir su objetivo utilizan todos los medios a su alcance, que son muchos, entre ellos los medios de comunicación y, con el más puro estilo de Goebbels, repiten sistemáticamente una mentira, la de que el Estado del bienestar no es posible económicamente, y terminan convirtiéndola en dogma.
Esta clase privilegiada, esta casta dominante, estos dueños de los sistemas financieros que nos han hundido en una profunda crisis utilizando medios cuya característica principal es la falta de escrúpulos y la inagotable avaricia de los que más tienen, ha gozado de la actuación cómplice de los representantes elegidos por el pueblo que consintieron una especulación que, vista detenidamente, hace estremecer al más frío, y, una vez que nos han empobrecido aún más al resto, no sólo no entonan su "mea culpa", sino que ya han encontrado al "martir culpable": El Estado del Bienestar, y, dentro de éste, el funcionario.
De un plumazo el Sr. Andic y sus compinches, a los que les suena bien esta música, han hecho sonar sus trompetas y han iniciado la cacería de algo a lo que desde tiempo inmemorial seguían el rastro.
Porque si algo enerva a esta clase privilegiada es que el trabajador público tenga unos derechos laborales razonables y una estabilidad en su puesto que le blinde ante los devaneos y caprichos del político de turno. Odian que el funcinario goce de una independendica con la que pueda anteponer el interés del ciudadano, al que sirve, no olvidemos nunca esto, al del político.No pueden consentir que un funcionario no pueda ser despedido por oponerse a cualquier delirio del político-gestor de turno, posiblemente movido en sus hilos por cualquier empresario corrupto al que la legalidad le supone un estorbo en su codicia. Les desespera que un ciudadano pueda ingresar en la administración pública mediante una oposición limpia (en cuanto ellos pueden lo evitan), en la que ellos no puedan meter sus sucias manos y enchufar a sus allegados de turno.
Quieren equiparar al funcionario con el trabajador de la empresa privada, es decir, ser ellos los que  seleccionan al personal, convertirlo en mano de obra sin ninguna estabilidad ni independencia del gestor y, en un momento dado, ponerlo de patitas en la calle que otro vendrá, más barato, más manejable y más subvencionado. Como si preparar una oposición y ganarla fuera gratuito en el tiempo, en la economía y en el esfuerzo; como si padecer periódicamente el cambio de jefe, escaso de preparación, normalmente cada 4 años, no supusiera un esfuerzo añadido; como si trabajar en esta administración pública, donde no existe prácticamente la formación continua ni el derecho a la promoción en la carrera profesional, fuera poco menos que una ganga; como si haber estado padeciendo durante la época de las vacas gordas en la privada (véase boom imobiliario por ejemplo) la comparativa discriminatoria en las retribuciones, no ya con alguien equiparable en categoría, sino con los puestos más bajos, fuera algo alentador.
Pero ustedes, verdad Sr. Andic, ya se han hecho los planes y acaban de reinventar las cesantías, aquellas que por el siglo XIX se daban de forma bochornosa en la administración pública española, de tal suerte que uno era funcionario dependiendo de que el que ganase las elecciones fuera de tu bando. Así si el que ganaba las elecciones era el conservador Cánovas, y estaba en el gobierno Sagasta, los funcionarios de éste eran cesados y entraban en la Administración los de Cánovas y viceversa. Esa es la independencia en la Administración Pública que quiere el Sr. Andic y sus correligionarios de casta.
Nos dicen que no es posible un Estado del bienestar  porque es económicamente insostenible, mientras el sistema impositivo de este país es aberrante por injusto en la redistribución de la riqueza. Aquí, Sr. Andic, con el actual sistema, los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres.
Evidentemente, Sr. Andic, es muy dificil un Estado del bienestar en un país donde la clase trabajadora declara más ingresos que los autónomos y empresarios. Y nadie, viendo esos datos, ha abierto una investigación que destape este fraude y dé con los huesos de los autores del mismo en el lugar que merecen ocupar.
Es complicado un Estado del bienestar en cualquier país donde las clases modestas padecen tipos impositivos (directos e indirectos) que axfisian su pobre economía, mientras los poderosos gozan de un sistema que eliminó el impuesto de sucesiones o donde las grandes sociedades de inversión pagan un 1% de sus beneficios.
Es imposible un Estado del bienestar donde en lugar de invertir en sanidad pública, educación o vivienda social, se dedica una ingente cantidad de dinero en salvar al sistema financiero de una ruina provocada por él, mientras los ciudadanos son ahogados con tipos de interés, cobros de comisión y oscuros contratos llenos de letra pequeña ilegible que nadie es capaz de comprender.
No es posible un Estado del bienestar en un país donde un tercio de sus familias no es capaz de llegar a final de mes en el mejor de los casos, cuando no pierden sus puestos de trabajo y, al no poder hacer frente a sus préstamos hipotecarios, pierden la vivienda en la que habitan, la cual pasa a manos, muchas veces por cantidades ridículas, de esa casta privilegiada, causante de esta crisis, a la que el Sr. Andic pertenece.
No puede existir el Estado del bienestar en un lugar donde los derechos de los trabajadores son conculcados contínuamente y leyes de protección como la de Seguridad y Salud en el Trabajo son incumplidas sistemáticamente, poniendo continuamente en riesgo la salud de los trabajadores.
¿Qué Estado del bienestar es posible en un país donde el Impuesto de Bienes Inmuebles es tan elevado,  y el mayor dueño inmobiliario del mismo, la Iglesia, está exento de pagar dicho impuesto? Y no conformándose con ello, se invierten miles de millones de euros de dinero público en restaurar y mantener sus edificios que, una vez realizado, son explotados por sus dueños.
Es imposible un Estado de bienestar en un lugar donde un futbolista profesional de élite tiene más ingresos, muchísimos más, que el máximo mandatario del país, mientras los científicos e investigadores sufren los rigores de sueldos cortos y becas mínimas, cuando no es el paro.
No es posible ese Estado de bienestar donde en lugar de invertir en educación pública se subvenciona, mediante concierto, a los centros privados, propiedad de esa élite privilegiada que, además, suelen utilizar sus medios para inculcar ideas y doctrinas no precisamente cercanas a la idea del bienestar común.
Sr. Andic, es imposible, no ya un Estado de bienestar, si no un Estado mínimamente justo, cuando se convive con un sistema electoral que a algunas formaciones le exige más de 250.000 votos para conseguir un Diputado y otras con menos de 60.000 lo obtienen.
Desde luego, Sr. Andic, estoy con ud. en reconocer la necesidad de reformas para abordar un futuro mejor. Le diré más, me temo que las mías son justo las contrarias de las que a ud. le gustaría, pero, además, lo primero que hemos de hacer es reconocer la agonía de este injusto sistema, causante de esta crisis que hoy nos hunde. A unos más que a otros ¿Verdad Sr. Andic?.

Pepe Sánchez

martes, 19 de octubre de 2010

ESPERANDO NO MOLESTAR

En esta crisis que nos ha sido concedida, no de forma gratuita, pues nuestras buenas inversiones hemos realizado para merecérnosla (creo yo), si algo tiene de bueno es que nos deja tiempo a una gran parte de la población (in) activa para recapacitar sobre todo lo acontecido, asaltándome muchas dudas que aquí planteo, por si acaso alguien me las pudiera contestar.

• Si el paro que nos acucia es, parado arriba o abajo, casi cinco millones de trabajadores, si alargamos la edad mínima de jubilación a los 67 años, ¿no estaremos dificultando el empleo a los parados?.

• Si Europa reconoce que la integración multicultural ha sido un fracaso y que a partir de ahora las trabas a la inmigración serán máximas, cómo nos afectará aquello de que la inmigración está salvando la falta de natalidad nuestra.

• Si las entidades financieras han sido las grandes culpables del advenimiento de este crash, y los Estados han tenido que aportar ingentes cantidades de dinero para evitar su hundimiento, ¿Qué avales le fueron exigidos a dichas entidades para ese préstamo?, ¿A qué tanto por ciento de interés?, ¿Se ejecutará el embargo de sus propiedades si no devuelven lo prestado?, y lo que es más importante: ¿se preocupó alguien de establecer, en el contrato que firmaron (si es que firmaron alguno), una letra pequeña con condiciones leoninas que no se pudiera leer ni con microscopio electrónico?

• Si en EEUU, cuando no puedes hacer frente a una hipoteca, entregando tu vivienda saldas la deuda, ¿por qué se consiente que en España si tu piso se tasa a un valor inferior a la deuda pendiente, lo que falte de pagar lo has de afrontar con el resto de tu patrimonio? ¿Algún representante político ha planteado solucionar este atropello? Perdón, no oigo a nadie.

• En una situación económica en la que la mayor parte de las familias tiene su economía estrangulada, bien por el paro, bien por una elevadísima hipoteca, bien por la falta de confianza reinante, ¿Cómo se espera que la salida de la misma sea consumir? ¿No es como si a un alcohólico le indica su médico que se curará bebiendo?

• Si la huelga es un instrumento de defensa de los trabajadores, ¿Cómo es posible que se pueda llevar a cabo una huelga con éxito en una empresa con más del 50% de sus trabajadores declarados en servicios mínimos?

• Viendo casos como “Malaya” o “Gürtel”, ¿Por qué nadie plantea que toda aquella persona que robe a la administración pública cumpla la pena de prisión que se establezca para el delito cometido, y, una vez cumplido ese tiempo, no pueda se excarcelado mientras no devuelva el importe robado con sus correspondientes intereses?

• ¿Por qué, salvo excepciones que confirman la regla, el dinero de los dos Plan E que el Estado concedió a los Ayuntamientos ha ido a parar a obras que en lugar de aliviar su deuda la va a agravar más? Perdón, no oigo a nadie.

• Si cuando nuestros padres o abuelos emigraron a Europa o América iban a ganarse la vida honradamente, ¿Por qué de los que vienen ahora no se opina lo mismo?



P.D.: Perdón si he molestado.

Pepe Sánchez

domingo, 17 de octubre de 2010

EL VIRREY DEL CARNAVAL

Fijé mi atención en él como soplo fresco de nuevo día.
Como agua limpia que invade y refresca la charca putrefacta.
Como héroe que rompería cadenas y conduciría la razón a su camino.
Como canción sublime que rompería el silencio de la inacción y el vasallaje.


Como protector de legados y gran valedor de herencias y monumentos.
Como nexo de unión de nuestro hoy con el ayer, para encarar el futuro.
Prometió esfuerzo, lealtad y exactitud en el camino a recorrer.
Respeto al equilibrio y diversidad en sus acompañantes.


Ofreció libertad y espacio a las ideas que defendieran y reclamaran las raíces y el legado.
Auguró independencia e igualdad, sin jerarquías ni censuras, al comienzo de los días.
Recibió con su discurso el firme respaldo generoso de los más inquietos y preocupados.
Y, también, a él se adhirieron los incapaces, perezosos y los espectros permanentes del pasado.


Pero con el inicio y su movimiento se desprendió el artificio que escondía la realidad.
Y el soplo era huracán, el héroe un desleal y la generosidad pura ambición.
En lugar de creación, publicidad; y por trabajo la ociosidad.
Si no se sabe se inventa; si no se domina se aparenta; si la verdad duele se tergiversa.


Y a quien intente, levantando el tupido disfraz, mostrar la realidad, le convierte en troyano traidor.
El trono para quien le agasaje y adule; el hacha para quien critique o dude.
Si lo que pretendes contar no le gusta, acorta el espacio, inventa excusa o censura.
Eso sí, con gran altura de miras, mucha generosidad en la acción y total libertad de expresión.


Al poder causante de la ruina, despreocupado y ocioso, pero poder al fin y al cabo, trono en presidencia.
Al rico poseedor de todo y creador de nada, démosle la cabecera incorporada.
Al pobre desgraciado que por infortunio hereditario recibió monumento arruinado, el desprecio y la ignorancia.
Para al edificio de dogmas, poderes y creencias todo el erario; mejor el público que el privado.


El descrédito para todo aquél que ose poner alguna traba a su camino de ambición.
El destino está marcado y cueste lo que cueste ha de alcanzar el trono a la diestra de Dios padre.
Si para lograrlo es necesario creamos una Asociación y si fuera menester la convertimos en Fundación.
En la oscuridad de la noche, cuando la luna ya se ocultó, hasta la traición tiene el mismo color.

¡Adelante¡¡Ánimo¡ Has subido a los altares sin dolor ni oposición.
Los cadáveres del camino importan poco si el objetivo se alcanzó.
Muchos anónimos trabajando para que luzcas más que un sol.
Aquellos que se esfuerzan tendrán su bendición declarando eterna sumisión.


De los principios traicionados no hablamos, qué importan si no tienen producción.
De las heridas creadas y los cuerpos mutilados en la batalla, igual que lo anterior.
El descrédito a gente honrada y a quien dude de tu acción son daños colaterales convertidos en ficción.
Y si la conciencia, algún día, por casualidad duele, aspirina o frenadol.


La palabra dada se niega cuando impide alcanzar la ambición.
Las ideas altruistas y generosas desaparecen en cuanto comienza la acción.
Los vasallos que se precien, postrados y en oración.
El virrey del carnaval ha llegado, todos juntos y en cuclillas, hagamos genuflexión.

Arévalo, desde la otra orilla

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Arévalo y sus contrastes

El placer de la belleza en el tránsito diario.........


La constancia en el cuidado del bello florecer......


Poder sentir la fragancia sobre el viento.............
 
Y disfrutar del paseo cotidiano...

NO TIENE PRECIO.


PARA TODO LO DEMÁS:




¿MASTER CARD?

El bizco mirón

jueves, 23 de septiembre de 2010

ACERCA DE LABORDETA




Ahora todos estamos consternados por el fallecimiento de José Antonio Labordeta. Todos compungidos y con ojos irritados por un llanto que no cesa por este aragonés universal. Todos cuelgan en su blog, web o Messenger sus canciones, reseñas de sus libros y retazos de su biografía. Todos enlazan con videos de You Tube donde habla de su ex alumno Jiménez Losantos o manda a la mierda de forma popular a señorías ídem. Todos comulgan con sus actos, ideas, canciones, escritos, pensamientos y enseñanzas. Todos vieron su “país en la mochila” y descubrieron con él las rutas y paisajes de la España rural, bella, ruda y quebrada. Es ahora, en el momento de su despedida, cuando nos hemos dado todos cuenta que Labordeta era nuestro mentor y guía espiritual; nuestro ejemplo de cómo han de actuar nuestros representantes políticos allí en el renombrado hemiciclo.


Y ante toda esta masa de seguidores nunca fue capaz de situarse en el número uno de ventas con ninguna de sus ahora afamadas, aclamadas, elogiadas y solicitadas canciones.

Toda su muchedumbre de ávidos e insaciables lectores fue incapaz de situar ninguno de sus libros entre los más solicitados y vendidos de ningún ranking.

Toda su prolífica época de profesional de la enseñanza nos llega ahora, en su final despedida, resumida en un hecho puramente anecdótico al que él jamás dio importancia: el haber impartido clases al ínclito resabido (también resabiado) Federico Jiménez Losantos.

Sobre su verbo y actuación como representante baturro en el Congreso de los Diputados, desde la bancada quasi anónima del postergado y más bien anulado grupo mixto, casi nadie, hasta su deceso, podría haber enumerado más de dos intervenciones que no fueran las anecdóticas y sin importancia del puño y la mierda.

Es patético visitar blogs y páginas web de gente que conoces, que compruebas día a día como transita y peregrina por este valle diario de lágrimas con hechos e ideas que son la antítesis de lo que él entendía por dignidad, pero que han sobresaturado su hoja informática con datos, reseñas, vídeos, canciones y poemas del abuelo, convirtiéndola en un santuario plagado de imágenes y relicarios.

A pesar del injusto reparto que provoca la legislación electoral, por el número de seguidores de la actividad política de Labordeta que ahora se arroban su apoyo total, su partido, La Chunta Aragonesista, se habría dado con un canto en los dientes de haber conseguido más representación que el propio profesor.

Es esta hipocresía, siempre de última hora, que hace adherirse al finado a gentes que jamás, en vida, se acordaron de él; que jamás comulgaron ni practicaron su forma de vivir ni pensar, sino todo lo contrario; que jamás prestaron atención, en general, a sus cantos y poemas; que nunca leyeron nada relevante suyo, porque estos nuevos adheridos son incapaces de leer; y que jamás habrían respaldado los hechos de él porque eso era demasiado comprometido.

Son todos estos hipócritas los que ahora le veneran y le sacan en procesión recordando canciones, hechos, pensamientos y escritos contrarios a su actuar diario. Y el resto, la minoría que le seguía de verdad, que conocía sus canciones y su forma de pensar y actuar, quien siempre le apoyó en su lucha contra la desigualdad y la injusticia, en apoyo constante a los más desfavorecidos, esos son los que hoy callan. Y de estos, los que no tuvieron la suerte de nacer en Aragón, lamentan no haber podido jamás votarle.

Una viñeta de humor representaba muy bien a José Antonio Labordeta; decía así:
¿Sabes que ha muerto Labordeta?
¿Cuándo?
Cuando más falta nos hacía.


Litle Ruiseñor